La isla de Porto Santo

La isla de Porto Santo es la segunda isla más grande del archipiélago de Madeira. Situada a sólo 50 km al noreste de la isla de Madeira, cuenta con una superficie aproximada de 42,17 km2 y una población de 5.000 habitantes. La longitud de la isla es de 9 km y su principal ciudad se llama Vila Baleira. La industria más importante es el turismo.

La isla de Porto Santo

Esta isla es también conocida como "la isla dorada" debido a su paisaje árido, en el que predominan los tonos cálidos castaños y amarillentos en armonía con una hermosa y extensa playa de arena dorada, a diferencia de Madeira, que muestra diversas tonalidades verdes por su exuberante vegetación y tonos oscuros de sus rocas volcánicas.

El descubrimiento de la isla de Porto Santo

La isla fue descubierta en 1418, según la versión popular, se llama "Porto Santo" (Puerto Santo), ya que fue la salvación para los exploradores portugueses que mientras cruzaban el Atlántico hacia lo desconocido, y para tratar de escapar de una terrible tormenta, se refugiaron en esta pequeña isla y le dieron este nombre en agradecimiento.

El navegante Cristóbal Colón visitó la isla de Porto Santo en 1442 y permaneció allí durante tres años y se casó con la hija del entonces gobernador. La casa museo de Colón, en el centro de la ciudad, es un lugar que merece una visita.

Cómo llegar

Situado en la isla de Porto Santo se encuentra el segundo aeropuerto de Madeira, con vuelos internacionales y vuelos regulares que conectan la isla de Madeira, cuyo viaje dura sólo unos 15 minutos. También hay conexiones diarias a Funchal con el ferry, que tiene una duración de aproximadamente 2 horas y 30 minutos y se puede llevar el vehículo.

Clima

Porto Santo, con un clima cálido, seco y estable durante todo el año sigue siendo de los pocos lugares sin nada de contaminación y su mayor gancho es su magnífica playa de 9 kilómetros de arena fina y dorada, con propiedades medicinales, bañado por un mar muy calmo y aguas azules cristalinas.

¿Qué se puede visitar? 

Además de la extensa playa hay una amplia variedad de deportes acuáticos y al ser una pequeña isla poco montañosa, el ciclismo es una forma ideal de explorar la isla, como también los paseos tranquilos a caballo, disponibles desde el centro ecuestre. La capital, Vila Baleira, reúne un conjunto de monumentos que merecen una visita, destacando entre ellos la Iglesia Madre, varias capillas, el Fuerte de San José, el Parque Cristóbal Colón y el Monumento a los Descubrimientos.

En este oasis natural lleno de tranquilidad se puede disfrutar de unas vacaciones verdaderamente relajantes.